lunes, 31 de octubre de 2011

PENICILINA

Totalmente acabada y destruida por dentro, me convenso de que no es posible vivir feliz con esta película dramática y sin censura que es mi vida.


Entonces, me acerqué con cuidado a lo que podría terminar con mi sufrimiento, con mi eterno dolor. Con mi fuerte alergia a la penicilina, me acerqué a ella y a una aguja de casi diez centímetros de largo, con ese líquido mortal para mí; pero no me importó, total, eso era exactamente lo que quería; aunque sufriera físicamente más de lo que pensaba, aún así, no se compararía con todo lo que estaba pasando por mi mente, en mi corazón...bastaba decir que todo estaba mal (todo).


Penicilina que entra suavemente por mis venas, que se expande por mi cuerpo y me adormece. Justo en aquel momento en el que creí decente darme por vencida y olvidar que había deseado morir, simplemente opté por asumir que lo había hecho por¨mi bien¨y el de los demás. Así serian mis últimos minutos de aliento, un remordimiento que no me abandonaba, la esperanza de volver a empezar de cero y la irónica idea de arrepentirme por la decisión que había tomado y que comenzaba a correr por mis venas.


¡Qué bueno que vienes a rescatarme! Y aunque llegaste justo a tiempo para regalarte mis últimos suspiros, está bien...porque, sabía que vendrías por mí.




Raquel

No hay comentarios:

Publicar un comentario