jueves, 19 de abril de 2012

Nada que ver con Deporte: El curioso caso de Edward Mordrake


Hola mi querido proletariado que se toma la molestia de leer lo que nosotros escribimos.

Esta entrada no tiene nada que ver con el tema del mes y ya era hora de hacer algo más a nuestro estilo por el simple placer de causarles risa o en su defecto, pesadillas.

El otro día nuestra querida profesora de castellano nos encomendó una tarea kilométrica, y agregó en ella una actividad que consistía en buscar un relato novelesco de un sujeto cuyo nombre era Edward ero su apellido tenía una pronunciación extraña y no pude escucharlo correctamente. En vez de adivinar, coloque en google las palabras novelista y Edward y como lo que me salía tenía más que ver con crepúsculo que con otra cosa, me aventuré y coloqué solo Edward, a ver que sugerencias me daba google.

Di con varios nombres y encontré a un hombrecito de lo más peculiar.

Su nombre era Edward Mordrake

Una de las historias más raras así como de las más melancólicas de la deformidad humana es la de Edward Mordrake, quien iba a ser el heredero de una de las familias más nobles de Inglaterra. Sin embargo nunca reclamó el título y se suicidó a los veintitrés años. Vivía en un retiro absoluto, evitando las visitas incluso de los miembros de su familia. Era un joven de grandes conocimientos, un buen estudiante y un músico de rara habilidad. Su figura era remarcable por su gracia natural, y su rostro –su rostro natural- era como el de Antinoo. Pero en la parte de atrás de su cabeza había otra cara, la de una chica muy guapa, “adorable como un sueño, atroz como un demonio”. El rostro femenino era una mera máscara, “ocupando sólo una pequeña zona de la parte posterior del cráneo, aunque mostrando signos de inteligencia de aire maligno”. Se la había visto sonriendo y burlándose mientras Mordrake lloraba. Sus ojos seguían los movimientos del espectador, y sus labios se movían sin cesar. La voz era inaudible pero Mordrake aseguraba que durante la noche no podía conciliar el sueño debido a los odiosos susurros de su “gemela diabólica” como él la llamaba, “que nunca duerme, pero que me habla de tales cosas de las que sólo se oyen en el infierno. La imaginación no puede concebir las tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna imperdonable maldad de mis antepasados estoy cosido a este demonio – porque estoy seguro que es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminéis del mundo, aunque yo muera”. Estas eran las palabras del desventurado Mordrake a Manvers y Treadwell, sus médicos. Aunque lo vigilaban constantemente consiguió procurarse veneno, debido a lo cual murió, dejando una carta en la que pedía que la “cara demoníaca” fuera destruida antes de su funeral, “para que no continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Por petición propia fue enterrado en tierra baldía, sin ninguna lápida o marca que dejara constancia de su tumba.”

Pobre Edward

¿Has oído lo que dicen de edward?

En la parte de atrás de su cabeza

Tenía otra cara

Era la de una mujer

O la de una joven.

Decían que quitársela lo mataría

Así que el pobre edward estaba perdido

La cara reía y lloraba

Era su hermana gemela malvada

Por las noches ella le hablaba

De cosas solo mencionadas en el infierno

Era imposible separarlos

Encadenados juntos de por vida 

Al final, la campana dobló por su condena

Alquiló unas habitaciones

Y se ahorcó con ella

De los barrotes del balcón

Algunos todavía creer que se liberó de ella

Pero yo la conocía muy bien

Y digo que le llevó al suicidio

Y se llevó al pobre Edward al infierno...



Edward Mordrake era un inglés que tenía un rostro extra en la nuca. De acuerdo a las historias que se cuentan de él, el rostro no podía hablar ni comer, pero podía reír y llorar. Edward suplicó a los médicos que le extrajeran este gemelo demoniaco porque, supuestamente, le susurraba cosas horribles en la noche, pero ningún médico se atrevió a intentarlo. Edward cometió suicidio a la edad de 23 años.

¿Tétrico eh? Pues lo que le pasaba al joven y triste Edward, era un caso de lo mas peculiar de la medicina, llamado Fetus in Fetu o más simplemente conocido como gemelo parásito.

Es algo no apto para personas sensibles de manera que si desean ver imágenes, búsquenlas ustedes mismos por el término que acabo de darles. Les explicaré básicamente de que se trata:

Imaginen que el espermatozoide y el ovulo se unen de la manera que nos han explicado millones de veces con caricaturas, luego, esta linda unión comienza a reaccionar hasta formar un feto. Pues en el caso de los gemelos o mellizos, sucede que hay una fase en la que el ovulo fecundado se divide y reaccionan ambos aparte, para formar dos fetos.

Pero a veces, muy de vez en cuando, el ovulo dividido no se pone de acuerdo y ocurren cosas muy extravagantes. Es ahí donde surge un caso de fetus in fetu.

Ocurre en 1 de cada 500.000 nacimientos y se diferencia de los casos de siameses ( dos hermanos unidos por una parte del cuerpo) porque uno de los dos deja de ser un humano normal y se convierte en un parásito, es decir, vive pegado del otro o dentro del otro como si este fuera un hospedero y vive gracias a él, de manera que si son separados, el que es parásito muere o  en un caso grave como el de nuestro chico Edward Mordrake, ambos mueren si uno es separado del otro.

Un caso famoso y bastante claro de Gemelo parásito es el de un niñito de 7 años en Perú.

La madre esperaba tener gemelos pero solo nació uno de ellos con una extraña protuberancia en el abdomen. Los médicos supusieron que se trataba de un tumor, pero luego de estudio y muchas ecografías, descubrieron que el niño tenía un feto subdesarrollado en su interior y rápidamente se extendió la noticia del caso del “niño embarazado”

Bueno, fue algo corto pero seguro.

¿Ven? Yo si hice una entrada.

Mañana entregan boletas.

Vallan con Dios.

Laura

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