Hola mi querido proletariado que se toma la molestia de leer
lo que nosotros escribimos.
Esta entrada no tiene nada que ver con el tema del mes y ya
era hora de hacer algo más a nuestro estilo por el simple placer de causarles
risa o en su defecto, pesadillas.
El otro día nuestra querida profesora de castellano nos encomendó
una tarea kilométrica, y agregó en ella una actividad que consistía en buscar
un relato novelesco de un sujeto cuyo nombre era Edward ero su apellido tenía
una pronunciación extraña y no pude escucharlo correctamente. En vez de
adivinar, coloque en google las palabras novelista y Edward y como lo que me salía
tenía más que ver con crepúsculo que con otra cosa, me aventuré y coloqué solo Edward,
a ver que sugerencias me daba google.
Di con varios nombres y encontré a un hombrecito de lo más
peculiar.
Su nombre era Edward Mordrake
Una de las historias más raras así como de las más
melancólicas de la deformidad humana es la de Edward Mordrake, quien iba a ser
el heredero de una de las familias más nobles de Inglaterra. Sin embargo nunca
reclamó el título y se suicidó a los veintitrés años. Vivía en un retiro
absoluto, evitando las visitas incluso de los miembros de su familia. Era un
joven de grandes conocimientos, un buen estudiante y un músico de rara
habilidad. Su figura era remarcable por su gracia natural, y su rostro –su
rostro natural- era como el de Antinoo. Pero en la parte de atrás de su cabeza
había otra cara, la de una chica muy guapa, “adorable como un sueño, atroz como
un demonio”. El rostro femenino era una mera máscara, “ocupando sólo una
pequeña zona de la parte posterior del cráneo, aunque mostrando signos de
inteligencia de aire maligno”. Se la había visto sonriendo y burlándose
mientras Mordrake lloraba. Sus ojos seguían los movimientos del espectador, y
sus labios se movían sin cesar. La voz era inaudible pero Mordrake aseguraba
que durante la noche no podía conciliar el sueño debido a los odiosos susurros
de su “gemela diabólica” como él la llamaba, “que nunca duerme, pero que me
habla de tales cosas de las que sólo se oyen en el infierno. La imaginación no
puede concebir las tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna
imperdonable maldad de mis antepasados estoy cosido a este demonio – porque
estoy seguro que es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminéis del
mundo, aunque yo muera”. Estas eran las palabras del desventurado Mordrake a
Manvers y Treadwell, sus médicos. Aunque lo vigilaban constantemente consiguió
procurarse veneno, debido a lo cual murió, dejando una carta en la que pedía
que la “cara demoníaca” fuera destruida antes de su funeral, “para que no
continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Por petición propia fue
enterrado en tierra baldía, sin ninguna lápida o marca que dejara constancia de
su tumba.”
Pobre Edward
¿Has oído lo que dicen
de edward?
En la parte de atrás
de su cabeza
Tenía otra cara
Era la de una mujer
O la de una joven.
Decían que quitársela
lo mataría
Así que el pobre
edward estaba perdido
La cara reía y lloraba
Era su hermana gemela
malvada
Por las noches ella le
hablaba
De cosas solo
mencionadas en el infierno
Era imposible
separarlos
Encadenados juntos de
por vida
Al final, la campana
dobló por su condena
Alquiló unas
habitaciones
Y se ahorcó con ella
De los barrotes del
balcón
Algunos todavía creer
que se liberó de ella
Pero yo la conocía muy
bien
Y digo que le llevó al
suicidio
Y se llevó al pobre
Edward al infierno...
Edward Mordrake era un inglés que tenía un rostro extra en
la nuca. De acuerdo a las historias que se cuentan de él, el rostro no podía
hablar ni comer, pero podía reír y llorar. Edward suplicó a los médicos que le
extrajeran este gemelo demoniaco porque, supuestamente, le susurraba cosas
horribles en la noche, pero ningún médico se atrevió a intentarlo. Edward
cometió suicidio a la edad de 23 años.
¿Tétrico eh? Pues lo que le pasaba al joven y triste Edward,
era un caso de lo mas peculiar de la medicina, llamado Fetus in Fetu o más simplemente
conocido como gemelo parásito.
Es algo no apto para personas sensibles de manera que si
desean ver imágenes, búsquenlas ustedes mismos por el término que acabo de
darles. Les explicaré básicamente de que se trata:
Imaginen que el espermatozoide y el ovulo se unen de la
manera que nos han explicado millones de veces con caricaturas, luego, esta
linda unión comienza a reaccionar hasta formar un feto. Pues en el caso de los
gemelos o mellizos, sucede que hay una fase en la que el ovulo fecundado se
divide y reaccionan ambos aparte, para formar dos fetos.
Pero a veces, muy de vez en cuando, el ovulo dividido no se
pone de acuerdo y ocurren cosas muy extravagantes. Es ahí donde surge un caso
de fetus in fetu.
Ocurre en 1 de cada 500.000 nacimientos y se diferencia de
los casos de siameses ( dos hermanos unidos por una parte del cuerpo) porque
uno de los dos deja de ser un humano normal y se convierte en un parásito, es
decir, vive pegado del otro o dentro del otro como si este fuera un hospedero y
vive gracias a él, de manera que si son separados, el que es parásito muere
o en un caso grave como el de nuestro
chico Edward Mordrake, ambos mueren si uno es separado del otro.
Un caso famoso y bastante claro de Gemelo parásito es el de
un niñito de 7 años en Perú.
La madre esperaba tener gemelos pero solo nació uno de ellos
con una extraña protuberancia en el abdomen. Los médicos supusieron que se
trataba de un tumor, pero luego de estudio y muchas ecografías, descubrieron
que el niño tenía un feto subdesarrollado en su interior y rápidamente se extendió
la noticia del caso del “niño embarazado”
Bueno, fue algo corto pero seguro.
¿Ven? Yo si hice una entrada.
Mañana entregan boletas.
Vallan con Dios.
Laura